¡Hola, devoradores! Vuelvo con más entrevistas ¡pues nunca pueden faltar! Y en esta ocasión os traigo a una autora que me ha encantado leer y conocer, pues su saga de libros de fantasía épica ha conseguido robar un trocito de mi corazón.
Como no, no podía faltar la entrevista de Alia después de casi dos semanas poniendo las reseñas de sus libros en el blog. Se qué he sido muy pesada, y lo seguiré siendo eternamente, pues estos libros son una pasada y se que si alguien los lee con ganas ¡le encantarán!
Aquí tenéis las reseñas de los cuatro libros, por si queréis curiosear:
ATENCIÓN si queréis empezar está apasionante saga, el primer libro estará gratis durante todo el día ¡No perdáis la ocasión, que merece mucho la pena!
Tengo que comentar, además, que está es la entrevista más sincera que me
han respondido. Que no digo que las otras autoras y autores no lo hayan
hecho, pero siempre parece que se cortan... y me ha encantado ver que
Alia ha expuesto totalmente su esencia en las preguntas pues así la conoceréis todavía mejor y veréis que es una gran autora y que tiene que llenarnos Amazon y las librerías de sus historias.
¿Os animáis a conocerla? ¡Pues seguid leyendo!
Cómo es Alia Salazar, la escritora?
Dos personas distintas.
Escribiendo, soy un tigre. En la vida real, un ratón.
¿Cómo empezaste a escribir? ¿Qué
te impulsó a hacerlo?
Escribo desde que agarré un
lápiz. Era «jugar con los peluches», pero sin necesidad de peluches... ni de
amigos.
Cómo surgió la historia de El
ocaso del sol ¿En qué libros y juegos te inspiraste para crearla?
Hablamos de más de quince años
«en el horno». Las primeras influencias no tienen nada que ver con las
posteriores y si las cito darían una imagen muy alejada de lo que es el libro y
espantarían al lector al que va dirigido, que es... mayor de treinta años, muy curtido
en fantasía y un poquito cansado ya de ella. Si digo que la primera influencia
fue Caballeros del zodiaco ese lector va a huir de la saga y no querrá tocarla
ni con un palo, así que... ¡hagámoslo! ¿A qué estamos esperando?
Vi esa serie de animación japonesa
con menos de diez años. Trataba de una guerra en que los dioses ponían a sus
caballeros mortales a pegarse —con grandes dosis de sangre— mientras ellos se
lavaban las manos porque... porque eran demasiado vagos, o puede que su autor
lo fuera y no quisiera resolver la pregunta: ¿cómo van a luchar personajes superpoderosos
que podrían destruir el mundo? Es imposible contar una historia con ellos; quedaría
más o menos así: «Pelemos». «Sí». BAM. El planeta explota. FIN.
Y así empezó todo: como fanfic,
sí. Tendría unas cien páginas escritas de aquel desastre que finalmente borré por
vergüenza... cuando comencé a jugar a rol y a escribirlo, en la adolescencia. Nunca
había mostrado mis textos a nadie y fue como una droga, porque qué mejor forma
de asegurarte una audiencia si esta continúa tus textos. Te van a leer. Aunque sea para seguir la historia. Después me
arrepentí: escribir es una tarea solitaria, y aquello era un juego, no un libro...
La saga continuó gestándose en un contexto de la Dragonlance, un mundo de
Dungeons & Dragons, y se habría quedado en anécdota adolescente si no
hubiera aparecido determinado personaje. En el momento en que lo creé me di
cuenta de que aquello ya no era un juego. Había madera para un libro, uno de
verdad. Pero ¿cómo librarse de todo el ambiente rolero y de toda la morralla?
Pues era imposible. Había que empezar de cero. Así que lo abandoné. Escribí
otras cosas.
Hace unos años, estaba en una
situación personal francamente difícil y necesitaba evadirme más que respirar. Por
pura casualidad me encontré con aquellos textos y fui incapaz de leerlos de lo
malos que eran. Pero... guardaba un recuerdo muy bueno de esa época, y seguía
con la sensación de que se podía hacer un libro a partir
de aquello. Así que lo empecé... y lo terminé.
Pero las ideas viajan. Con el paso
de los años, cambian. Un ejemplo: el Don. El Don es un tatuaje mágico muy
importante en la saga. Podría decir que viene de la idea del nombre separado de
los cuentos de hadas: los ogros que se quitan el corazón y lo guardan, o los
dragones invencibles salvo en un único punto, o el talón de Aquiles... podría
hablar de Mimi-Nashi-Hoichi, el cuento japonés del monje que se tatúa casi todo el cuerpo para estar protegido de los seres
sobrenaturales, pero yo conocí esto del tatuaje mágico en El ciclo de
la puerta de la muerte de Margaret Weis y Tracy Hickman, que creo que influyó mucho
una saga juvenil que no he leído, Cazadores de sombras. En todo caso, es una
idea universal. El Don, en principio, sería como el alineamiento rolero de cada
personaje: legal bueno, legal neutral, caótico malvado, caótico neutral. Según
el color de tu Don, la gente sabría «de qué lado respirabas». Esto para jugar a
rol es divertido, pero en la saga se toma totalmente en serio y se lleva a sus
últimas consecuencias, que son, sinceramente, bastante trágicas. ¿Cómo nos
sentiríamos si nos juzgaran y nos catalogaran de por vida con solo echarnos un
vistazo? ¿Qué clase de personas seríamos si tuviéramos una marca enorme en el
pecho que pregonara quiénes somos? Aquí hay una reflexión, y una
descorazonadora, porque lo cierto es que sí juzgamos y catalogamos a las
personas de un solo vistazo. Aunque en este mundo no tengamos Don.
¿Podremos ver más escritos tuyos?
¿Tienes algún proyecto entre manos?
Formo parte del Colectivo 46, un
pequeño grupo de kamikazes amantes de la literatura y las rarezas, así que las
cosas extrañas salen por ahí y las más digeribles por mi cuenta. De momento
hemos sacado Patas arriba, un libro raro, raro, pero raro, que dudo que pueda
interesar a más del dos por ciento de la población. Aparentemente sencillo y
ligerito, «juega» a ser literatura infantil y es humorístico, pero es
francamente complejo en su fondo. ¿De qué va? Pues casi diría que da igual,
pero es una relectura de Alicia en el país de las maravillas... más o menos.
Ah, y cuando lo abres tienes la incómoda sensación de hallarte ante un plagio
de Harry Potter, sensación que desaparece según vas avanzando y la cabeza te va
haciendo pum. Libro raro, ya digo. A mí me encanta, aunque no se lo recomiendo
a todo el mundo. De hecho, no se lo recomiendo a casi nadie. Pero tiene una
maqueta preciosísima: es un libro muy bonito para regalar a gente que no se lo
vaya a leer nunca.
Estoy ahora mismo haciendo el
libro de texto que se nombra en Patas: es de mitología, con el que estudian los
monstruos en el colegio. Está pensado como manual de 1.º de la ESO, con su
temario y sus ejercicios y explicado como si todo fuera real. Vaya, que es un
libro de Ciencias... antinaturales.
¿Qué es para ti la fantasía?
Lo que hoy llamamos fantasía se
podría dividir en tres: lo maravilloso, lo insólito y lo probable. En lo
maravilloso funciona la suspensión de la incredulidad: pasan cosas imposibles y
nos da igual. ¿Por qué los hobbits tienen los pies peludos? ¿Importa? Los
tienen, y ya. Lo maravilloso da las cosas por sentadas, no las explica, y la
fantasía épica pertenece a lo maravilloso, porque bebe directamente de los
libros de caballerías y de los cuentos de hadas. Lo insólito es aquello en lo
que se introduce un elemento extraño dentro de un contexto común. Toda la
fantasía decimonónica funciona así; lo que hoy se llama fantasía urbana viene
de esas fuentes. Dentro de lo probable estaría la ciencia ficción, y aquí sí
que se dan explicaciones. Si los hobbits tuvieran los pies peludos porque son
una anomalía genética y nos lo contaran, estaríamos leyendo cf. En Star wars, por
ejemplo, no se plantea la historia a partir de un «¿y si...?». No es ciencia
ficción: es fantasía épica, solo que en lugar de ir a caballo van en naves.
¿Qué libros de fantasía (de todos
los géneros que hay) recomendarías?
Aquí tendría que pedir el comodín
del público, porque lo que se espera es que nombre libros de fantasía
contemporánea de autores vivos. Y controlo muy muy poquito de lo que se hace
ahora mismo: no leo apenas fantasía actual. ¿El señor de los anillos? Sile: en
su momento me encantó. Pero posterior a este poco puedo recomendar, porque a
partir de ahí tiré hacia atrás. Leí
mucha fantasía épica, me pegué auténticas panzadas, pero muy pronto me asaltó
la sensación de fotocopia a partir de otra fotocopia hasta que te quedas con un
borrón en la mano, así que me fui a las fuentes de ESDLA, pensando que a cada
paso que retrocediera la tinta sería más brillante y no más desvaída y... así
fue. Me atraqué de libros de caballerías (que muchos son ilegibles, francamente
absurdos y divertidísimos, otros son obras maestras), me fui a las sagas, a los
cantares de gesta, al ciclo artúrico, a los cuentos de hadas, a la propia
mitología... y ahí me quedé, aunque es un poquito triste ser consciente de que
la mayor parte de lo que creemos que inventamos ya estaba en la Epopeya de
Gilgamesh.
¿Qué manías tienes como
escritora?
Exclusivamente una, pero me
condiciona muchísimo. Necesito saber, con total seguridad, que no me van a
molestar por ningún motivo durante al menos siete horas seguidas, preferiblemente
nueve, o no me pongo a escribir. Desgraciadamente hay que trabajar para comer,
así que nos podemos imaginar lo poquito que puedo escribir habitualmente...
Dinos cinco secretos sobre ti
como escritora.
Yo no soy nada interesante, así
que voy a contar cinco curiosidades de la saga.
1. Tengo los mapas a tal calidad
que mi ordenador se colgaba cuando movía una capa. Podría imprimirlos en
cartelería de tres metros. Tardé seis meses en hacerlos. Tengo toda la flora,
la fauna, el clima, el relieve, hasta las placas tectónicas y las corrientes
marinas.
2. Pagué dos veces los derechos
de las imágenes de cubierta porque creía que servía una licencia estándar, pero
no incluía la publicación de libros en papel. Me alegro por el fotógrafo, que
más ha cobrado, pero escribir estos libros y publicarlos me ha costado una
cantidad obscena de dinero que jamás
voy a recuperar. No creo que pueda volverme a tomar tanto tiempo ni tirar tanto
dinero a la basura hasta dentro de mucho, y para hacer las cosas de cualquier
forma prefiero no hacerlas.
3. En realidad no es una saga de
cuatro libros: es un solo libro en cuatro tomos. Amazon no permitía imprimir un
libro tan grueso en papel. Si lees solo el primero a lo mejor te piensas que ya
sabes la solución del «misterio»... Ten en cuenta que el narrador te puede
estar engañando. Y de hecho lo hace. Durante un tomo entero.
4. Estuvieron meses y meses
colgados en Amazon sin darles ninguna publicidad. Solo me animé a mandarlos a
algunos blogs porque tenía ciertos apuros económicos y me pincharon amigos. Me
daba una vergüenza terrible y lo pasé espantosamente mal, llegó a darme miedo
hasta abrir la bandeja del correo electrónico, tenía que tomar aire y
prepararme mentalmente antes de pinchar.
5. El símbolo que aparece en las
cubiertas (el Don) lo hice en arcilla polimérica. Es una fotografía real de la
pieza. Ahora mismo está en poder de una chica de la otra punta de España que se
está haciendo el cosplay de un personaje, cosa que me maravilla y todavía no me
acabo de creer.
¿Cuál crees que es tu punto
fuerte como escritora? ¿Y tú punto débil?
Me suelen destacar lo visual que
soy. Describo de forma no estática, en movimiento: voy pincelando como si usara
acuarelas. También me suelen decir que hago novela de personajes, que no sé si
es malo o bueno. Seguramente malo. Pero se me dan bien los personajes extremos,
porque son muy extremos y a pesar de ello creíbles,
auténticos: no son muñequitos, villanos terriblemente malvados que dicen
MUAHAHAHA, son personas que viven y respiran y puedes amar u odiar. O ambas.
Mi punto débil son los comienzos.
No engancho. Tienes que luchar contra mí para empezar a leer, tienes que
«entrar» en la sintaxis. De hecho, en esta saga decidí comenzar flojito para
intentar «atrapar» y ahora, en frío, lo considero un error. Así lo que hago es
perder lectores en cuanto me suelto la coleta; en cambio, en el segundo tomo
salen huyendo en el prólogo. Es mejor quitarte a un lector al que no le gusta
lo que haces en la primera línea, o se sentirá justamente estafado y se
enfadará.
¡Este es tu momento! ¿Quieres
decirles algo a tus próximos lectores?
Si hojeas la previsualización y
no te gusta, no pierdas el tiempo conmigo: la vida es demasiado corta y solo
deberíamos leer lo que nos hace felices; nada más. Si no te convence el estilo,
no sigas, porque se va complicando más y más. En cuanto avances en la historia,
vas a ver muy poco diálogo, párrafos densos como ladrillos, estilo indirecto
abusivo, alternancia de tiempos verbales propios de la épica tradicional, escasos
puntos y aparte y texto concentrado en mazacote porque eso es lo que a mí me
gusta, lo siento. Yo cuando leo en una crítica que un libro es «ágil» lo que me
rebota en los oídos es «plano» y me alejo de él. Que obviamente me puedo equivocar... pero no
me interesan los libros que puedes leer de una tacada sin prestar demasiada
atención, solo para averiguar «qué pasa». Para mí un libro «adictivo» es otra
cosa: aquel que lees despacito y quieres releer inmediatamente después de
terminarlo para poderlo saborear.
No digo que este sea el caso. Trabajo,
tienen. Muchísimo. Pero eso no significa que sean buenos o que te vayan a
encantar: eso lo juzga el receptor, no el autor. Yo puedo trabajar mucho mucho
mucho en levantar una catedral con palitos de los helados, y por más esfuerzo
que me haya costado no dejará de ser una chorrada. Eso es lo trágico del arte:
que tú decides si lo es, no yo. Y las primeras cien páginas pueden resultar muy
poco atractivas para el lector al que le gustarían los siguientes tomos, y al
revés.
Así que no puedo decir: «Léeme,
te va a gustar». Posiblemente no sea así. Puedo decir que han gustado a un
porcentaje muy reducido de personas. Pero también puedo decir que han gustado mucho a ese porcentaje, y cuando digo
mucho, es mucho.
No tengo redes sociales, no se me
dan bien, lo paso mal con ellas, pero en la página de créditos de los libros
viene un correo electrónico compartido del colectivo. Respondo siempre, aunque
puedo tardar.
Si queréis leer los libros de Alia, aquí tenéis los enlaces a sus libros:
- Primer libro (Gratis solo hoy)
- Pack del primer y segundo volum
- Pack de los cuatro volumenes
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