domingo, 6 de marzo de 2016

Reto 4 de 52 del Libro del Escritor: Ocre



¡Hola devoradores!

Vuelvo a retomar los retos de El Libro del Escritor. En este reto, se tenía que escribir un relato sobre tu estación favorita y yo he decidido escribir sobre el otoño, que es de mis estaciónes favoritas (la otra es primavera) 

Así que menos parloteo, y os dejo aquí mi relato. ¡Espero que os guste!




 Ocre

- Ya ha pasado un año desde que dijo que volvería. 

Atara observó a su acompañante de reojo, pues era él el que había hablado, y volvió a mirar hacia el horizonte, donde el bosque ocre cada vez se hacía más denso hasta no poder ver lo que escondía tras él.

- Volverá. – consiguió decir Atara sin mostrar ninguna emoción en su rostro. – Debemos confiar en su palabra.

El hombre, el que había hablado y era uno de sus compañeros de aventuras, negó con la cabeza tristemente.

- El otoño está a punto de terminarse, Atara. Así lo dice el helado viento que viene del norte. – dijo con voz monótona, aunque en sus ojos podía verse la preocupación que sentía por su compañera.

La chica dejó de mirar el paisaje y giró todo su cuerpo para poder observarle.

- Varek, él lo prometió. Él nunca rompe una promesa. – dijo con fuerza, con demasiada esperanza.

Varek cerró los ojos y volvió a negar con la cabeza, apretando los labios con fuerza. Todavía no podía creer que su amiga confiara tanto en que volvería su amigo, pues este había partido en una misión complicada que el mismo rey le había pedido. Las probabilidades de que volviera eran nulas y no sabía cómo hacer que Atara lo entendiera. 

- Atara, deja de llenar tu corazón de esperanzas. Después será más duro cuando…

- ¿Cuándo llegue un mensaje explicando cómo murió? – terminó ella por Varek. – Nunca pasara eso.

- Al igual que ahora las hojas más fuertes de los arboles caen, los hombres también pueden hacerlo. – soltó sin dejar de mirarla a los ojos. – Edan no es inmortal.



Atara sonrió con tristeza y volvió a mirar el bosque anaranjado y amarillo, por donde un sendero subía hasta el castillo desde donde observaban la chica y Varek. Estuvieron asi durante unos largos minutos, sin decirse nada, hasta que vieron a un hombre con armadura, llena de barro, hojas y manchas de sangre seca, caminando lentamente y tambaleándose.

- No puede ser… – masculló sorprendido Varek. -  Es un milagro.

Los ojos de Atara se llenaron de lágrimas y una sonrisa temblorosa asomo en sus labios al reconocer a Edan.

- A veces, en esta época del año, queda una hoja valiente esperando a que pronto pasen los meses para volver a recentrarse con sus compañeras cuando el tiempo mejore.  – la chica seguía mirando hacia el camino, donde ahora Edan los saludaba con el  brazo alzado. – Y él, es esa hoja. Te lo he dicho.

Atara salió corriendo de las almenas para ir en busca de su amigo ante la estupefacta mirada de Varek.

2 comentarios :

  1. Que bonito minirelato!!! No se que reto es pero me ha llamado mucho la atención, adoro los relatos cortos, dan tanto a la imaginación!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Oh muchas gracias! :) El reto es de la web de EL libro del Escritor, te recomiendo que pases por ahi, te gustará mucho!.

      ¡Gracias por comentar!

      Eliminar