Los ojos perdidos en un arcoíris de negro y blanco

Sus ojos habían perdido todo color.

Miraba asustada a cada lado, comprendiendo que los colores se habían desecho en sus manos al mojarse con sus lágrimas. El mundo ahora, era de blanco y negro, como una película antigua. Siguió sentada en el sofá, sin poder moverse. Estaba asustada. 

Asustada por haber perdido los colores.

Asustada por los días oscuros que se avecinaban.

Asustada por la gran grieta que tenía, ahora, en su alma.

No quiso pedir a nadie que le ayudara. Sabía que los colores volverían, algún día u otro, cuando ella se encontrara suficientemente preparada para adentrarse al mundo real y apreciar lo que realmente ocurría en el exterior. En el mundo que había visto, ya no quedaban sueños de los que aferrarse ni canciones Disney para cantar.

Su mente estaba perdida en un lugar negro y blanco.

La caída que ahora sufría era lenta y larga, sin un final donde estamparse y dejarse consumir por todo el mal que le esperaba fuera. Pero, sabía que ella misma se estaba dando una oportunidad. Podría hacer que ese pozo nunca acabara y salir volando de él. Solo tenía que apreciar lo bueno y lo malo por igual, juntándolos en un gris donde se pudiera refugiar.

Hasta que, algún día, un arcoíris se estampara contra sus ojos.

Por Aura, escritora y lectora compulsiva. Club Literario: Vidas de Tina y Papel